Limonka
Limonka era una chica rubia y alta.
Tenía acento ruso aunque
era letona.
Tenía los ojos grandes y los pies pequeños.
Era blanca como el
invierno siberiano.
Y no sabía cantar.
Escribía poesías de la guerra.
Tenía una
gata blanca y negra.
Se llamaba Zapoi.
La cogió en las calles de Amsterdam.
Es gata de canal.
Y se ahoga en esta casa
sin ventanas.
Por eso la mira mientras lee a los poetas malditos.
O riega las plantas.
Le gusta mirar.
No maúlla.
Es una gata muda.
Como su dueña que no sabe cantar.
Por eso escribe poesía.
Para lamerse el alma.
Y alegrarse las heridas.
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